Hoy en nuestra Escuela de Tarados hablamos de un mecanismo de defensa: la Deflexión.
Este mecanismo lo encuentramos muy habitualmente en la consulta en personas que han experimentado que amar o sentir puede ser doloroso. Es muy común en personas que vienen a vernos por un desengaño amoroso tras una relación muy intensa (o hasta dependiente).
Pero ¿que es esto de deflexión? Es como vivir en un preservativo, protegiéndose del mundo. Es una forma de contactar con los demás a medias, sin vincularse del todo, sin poner la carne en el asador por miedo a quemarse. Cuando deflectamos, no abrazamos, sólo rodeamos con los brazos; no expresamos la rabia a la persona que nos toca las narices, ironizamos; se hace todo de forma "correcta" pero siempre sin sentir...Porque eso es la deflexión, una enorme armadura que nos protege para no sufrir, pero que nos lleva a perdernos todo.
Ser la visectriz en el ángulo de la vida nos impide tener relaciones placenteras, con las cosas y con las personas. Vivir en una fortaleza es seguro, pero es aburrido; la guerra nocturna impide que el enemigo te vea, pero tú no ves al enemigo...la armadura impide que te dañen, pero hacer el amor con armadura es muy incómodo...
DEFLEXIÓN
Una maniobra tendente a soslayar el contacto directo con otra persona, un medio de enfriar el contacto real. Se quita calor al diálogo mediante el circunloquio y la verborrea; tomando a risa lo que se dice; evitando mirar al interlocutor; hablando abstractamente en lugar de especificar; yéndose por las ramas; saliendo con ejemplos que no vienen al caso, o prescindiendo de ejemplos; prefiriendo la cortesía a la franqueza; las emociones débiles a las intensas; hablando de cosas pasadas cuando el presente es más importante … todas las deflexiones destiñen la vida.
Polster I; Polster, M. (1973). Gestalt Therapy Integrated
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